El puerto de Bonanza, en Sanlúcar de Barrameda, está a la izquierda del Guadalquivir, al norte del casco urbano. Madoz (1845-1850) lo describe como una "ensenada bastante capaz" del departamento marítimo de Cádiz, nombrada así por una ermita de la Casa de Contratación de Sevilla dedicada a Nuestra Señora de Bonanza. Antiguamente fue conocido como puerto de Barrameda o de Zanfanejos.
El 15 de febrero de 1830 se ordenó el traslado de la aduana de Sevilla a este lugar para el comercio exterior, quedando en Sevilla sólo un depósito y suprimiéndose las de Sanlúcar y Sevilla. Inició operaciones el 1 de julio de 1834. Se construyeron la aduana y viviendas para empleados, pero en 1840 el personal y las gestiones regresaron a Sevilla. Al redactar el diccionario geográfico, las construcciones estaban en abandono y ruina, la población había desaparecido (solo quedaba la partida de carabineros) y el malecón se encontraba deteriorado.
El aumento de la producción vinícola en la campiña jerezana recuperó la importancia de la zona como punto de embarque, especialmente tras la construcción del ferrocarril. Por ello, El Trocadero podría considerarse "el puerto de Jerez".
Su vida fue efímera aunque la ubicación del puerto resultara atractiva para el transporte de los vinos de Jerez. Por otra parte las maniobras para llevar los vagones hasta el muelle y sacarlos eran bastante penosas al contar sólo con unas placas giratorias sin más elementos mecánicos.
Hoy sobrevive como puerto pesquero con el privilegio legal de poder pescar en la zona de reserva de la desembocadura del Guadalquivir.