Si hoy hablamos de la estación de la Segunda Aguada de Cádiz viene a nuestra mente la estación subterránea existente en la avenida de la Salud Pública en la que realizan paradas la línea de Cercanías C-1 Cádiz - Jerez, la T-1 del tranvía Cádiz - Chiclana y algunos de los Media Distancia Cádiz - Sevilla.
Pero esto que hoy se asemeja a una moderna estación de metro no fue siempre así. Se inauguró en 2002 tras el soterramiento de las vías desde Cortadura hasta la estación término de Cádiz.
El nombre de la estación se corresponde a que se encuentra próxima a la orilla de la bahía en un lugar donde se abastecía de agua a los barcos conocido como “la Segunda Aguada”.
Esta estación también contaba con un depósito elevado de agua para las locomotoras a vapor.
Ubicada en la esquina de la avenida de Portugal contaba con su paso a nivel, el cual corría a cargo de un guardagujas que tenía su vivienda junto al mismo. La estación contaba con un único andén. Existía una segunda vía paralela que servía de ramal hacia la avenida de Lacave y Puntales. A veces era usada para el cruce de algunos trenes pero no era lo habitual.
La estación era pequeña y contaba con ventanilla para despacho de billetes y alguna dependencia administrativa y almacén. Unas tablas de madera servían para cruzar las vías hasta el andén.
El cambio de vías próximo a la estación servía también para acceder al apartadero de vagones junto a los depósitos de gas de Lebón, el cual se utilizaba también para realizar la composición de los convoyes de mercancías.
Tras el soterramiento de las vías desaparecieron tanto la estación como todo el paisaje urbano del antiguo recorrido ferroviario. Hoy es una moderna estación subterránea, que bien podría ser una estación de metro de cualquier otra ciudad. La diferencia es el paso a velocidad moderada de trenes sin paradas de los recorridos de media y larga distancia.
Es de fácil accesibilidad con ascensores y escaleras mecánicas. Cuenta con un amplio vestíbulo con máquinas expendedoras de billetes y tarjetas así como acceso por tornos. Es un espacio luminoso gracias a las cristaleras situadas en las fachadas principal y trasera, lo cual permite luz natural y sensación de amplitud.
Tiene el mismo problema de diseño que las demás estaciones construidas durante el soterramiento. El edificio de acceso, donde se ubica el vestíbulo, está en el centro de la nueva avenida que discurre sobre las vías. Esto obliga a un incomodo desvío del tráfico. En este caso los cuatro carriles se han tenido que desplazar al mismo lado de la estación debido a que en el momento de realizarse los trabajos aún no estaban urbanizados los terrenos del lateral correspondiente a los antiguos talleres y bodegas que allí se encontraban. En un principio se dijo que más adelante la avenida rodearía la estación igual que las otras dos pero finalmente se construyó un espacio peatonal y mantuvo el desvío de los cuatro carriles.
En su fachada luce, igual que las demás estaciones soterradas los logotipos de ADIF, Cercanías y Trambahía. Recordemos que Adif es una empresa segregada de RENFE. Cuando en España existía el monopolio ferroviario implantado por el franquismo era RENFE la compañía que se encargaba de operar el servicio ferroviario así como de la infraestructura. Al obligar la Unión Europea a liberar progresivamente el servicio esto no podía seguir así. Se creo el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) que se encarga de su construcción y mantenimiento. Sobre estas instalaciones circulan los distintos operadores que poco a poco van llegando al mercado español. Hasta ahora sólo se han liberado el transporte de mercancías y algunos tramos de alta velocidad. Sobre estos últimos circulan trenes de Iryo, Ouigo y Avlo (filiar de bajo coste de RENFE). Obviamente en la Bahía de Cádiz no operan ninguno de estos al no contar con líneas de alta velocidad y ancho europeo.