Aparece aquellos que tuvieran alguna relación con la Bahía de Cádiz y Jerez, entendiendo esta ciudad como parte del entramado metropolitano.
En el siglo XIX las comunicaciones dentro de la provincia necesitaban mejoras, máxime cuando la capital de la provincia dista mucho de ubicarse en el centro de la misma, lo que obligaba a muchos habitantes a recorrer distancias superiores a los 100 kilómetros hasta llegar a Cádiz para gestiones administrativas o negocios.
Los distintos proyectos que no llegan a concretarse de manera que articulara la provincia. Éste puede ser uno de los factores que impidiera una mejor industrialización y evitara la ya tradicional división dentro de la misma. La necesaria conexión entre las bahías de Cádiz y Algeciras no se ha hecho, con Jerez existe para facilitar las exportaciones vinícolas y como paso hacia Sevilla, quedando la sierra más aislada dada las malas condiciones de la línea Bobadilla - Algeciras, la cual tampoco la une de ninguna manera al resto de la provincia.
Este publicación de Vía Libre incluye un enlace con el cual podremos ver en nuestro Google Maps el trazado de las líneas ferroviarias españolas antiguas y actuales. Es un trabajo enorme de Gabriel Gras que permite recorrer con nuestro móvil el trazado de líneas ya desaparecidas. http://goo.gl/maps/3ua1cQ7hA2U2
El tranvía es un medio de transporte ferroviario formado por un coche motor en solitario o por un tren compuesto por varios coches. La diferencia fundamental respecto al concepto habitual de ferrocarril es que su recorrido es en el interior de las ciudades o comunicando con próximas.
En algunos casos las vías comparten su trazado con el tráfico rodado mientras que en otros tienen espacios reservados. Un caso especial en España es el tranvía Cádiz - Chiclana que tiene trazado reservado por las calles de San Fernando y Chiclana, sus propias vías entre ambas ciudades y luego se incorpora a la línea ferroviaria de ADIF hasta llegar a la estación término de Cádiz.
Son más ligeros y cortos que los ferrocarriles de cercanías y alcanzan menor velocidad ya que la mayor parte de su recorrido es por zonas urbanas con movimiento de vehículos y peatones.
Los primeros servicios de pasajeros se hicieron en 1807 en Gales usando carruajes tirados por caballos. En principio sólo era para transporte de mercancías. La tracción animal (también llamada tracción de sangre) era posible por el bajo coeficiente de rozamiento entre el carril y la rueda, lo que hace que sea necesaria menos energía que si fuera sobre el pavimento aunque llevara ruedas de goma y más adelante neumáticos. Por otra parte la superficie de los carriles es más lisa que la de las calles y carreteras, que entonces estaban adoquinadas por lo cual era más suave el desplazamiento.
Se intentó la tracción con pequeñas máquinas de vapor pero el humo y el vapor por el centro de las ciudades no lo hacían atractivos salvo el caso de líneas interurbanas.
La ley de Ferrocarriles de 1877 marca las diferencias en las características de los tranvías y en su concesión. Consideraba como tranvías a los ferrocarriles que circulaban sobre vías públicas con tracción “de sangre”. Según el tipo de vía pública así era el organismo competente para su autorización. Si circulaba sólo por las calles de una misma ciudad correspondía al ayuntamiento. Si era por carreteras de la Diputación Provincial o del Estado, correspondería al organismo titular de ella. Si había calles y/o carreteras de distintas administraciones la autorización correspondía a la autoridad más alta. Si los tranvías eran de tracción mecánica mediante vapor o electricidad la concesión siempre dependía del Estado. La normativa anterior sólo se refería a ferrocarriles movidos por tracción animal y nunca locomotoras. Tanto es así que en su redacción no se cita la palabra tranvía en ninguna de las formas que se empleaban entonces. Ejemplo de tranvía acogido a esta antigua normativa fue el interurbano Carcagente - Gandía.
En España tenemos ejemplos de tranvías que en su momento fueron interurbanos aunque sería más propio llamarles suburbanos ya que comunicaban una ciudad grande con otras más pequeñas que poco a poco fueron absorbidas y pasaron a convertirse en barrios. Es el caso de Madrid con Fuencarral, Carabanchel o Leganés; el Barceloneta - Gracia; Valencia o Granada.
El primer tranvía eléctrico funcionó en Berlín en 1879 y fue puesto en servicio por Siemens. En pocos años se demostró que era el mejor sistema de propulsión para los tranvías y se extendió por Europa y América. El primer tranvía eléctrico en España funcionó entre Bilbao y Santurce en 1896.
Durante el primer tercio del siglo XX el tranvía se convirtió en el principal medio de transporte urbano ya que aún no estaba suficientemente desarrollado el autobús y el automóvil quedaba al alcance de pocos. A partir de entonces las redes de autobuses van mejorando, no necesitan del mantenimiento de una costosa infraestructura y el mantenimiento de la calzada corría a cargo de los ayuntamientos.
Las redes de tranvía van desapareciendo poco a poco. En el caso de Cádiz y San Fernando es la propia compañía la que sustituye los tranvías por autobuses. Tengamos en cuenta que la compañía concesionaria del transporte urbano en Cádiz y San Fernando mantiene el nombre de “Compañía de Tranvías de Cádiz a San Fernando y Carraca”. Esta misma compañía comparte dentro del Consorcio de Transporte de la Bahía de Cádiz las líneas interurbanas de autobuses M10 y M11 entre ambas ciudades.
Desde finales del siglo XX el tranvía está volviendo como medio de transporte urbano. La saturación de vehículos a motor hace desagradable e insalubre el centro de muchas ciudades por lo que queda evidente la necesidad de dar preferencia al transporte público sobre el privado, además de la necesidad de ir sustituyendo los motores de combustión debido a la contaminación que producen y su dependencia del petróleo. El tranvía eléctrico es más silencioso y no produce emisiones al aire.
Cada vez se van implantando más tranvías que no necesitan un tendido eléctrico aéreo. En principio se usaron sistemas en Londres y Washington donde existía un cable enterrado entre las dos vías con una ranura a través de la cual el tranvía tomaba la electricidad. En otras ciudades utilizaban un trole de pértiga para transferir la electricidad desde el cableado aéreo hasta el motor de la unidad. Actualmente se ha sustituido por un pantógrafo que hace contacto con la catenaria.
La mejora más notable la tenemos en ciudades como Sevilla, donde los tranvías circulan sin necesidad de cableado aéreo. Llevan unas baterías de carga rápida que se alimentan mediante una instalación que hay en cada parada. Ese tiempo que está el tranvía detenido es suficiente para recargar y permitirle continuar su recorrido. No es necesario comentar el beneficio estético que supone para la ciudad la ausencia del tendido aéreo y por otra parte no necesita el continuo mantenimiento para evitar averías o accidentes.
En comparación con el metro es más económico. Primero porque su instalación no necesita las enormes obras de una línea de metro pero también porque su consumo eléctrico es menor al no necesitar iluminación de estaciones, accesos y túneles; así como su mantenimiento. El acceso de los usuarios es más fácil al no necesitar escaleras mecánicas ni ascensores que desciendan hasta las estaciones.
En el capítulo dedicado al tranvía entre Cádiz y Chiclana se desarrolla más el innovador modelo de tren-tram.