“La Concha” es una construcción dentro del recinto de González Byass. Se dice que fue inaugurada por Isabel II pero fue en 1870 y ya se había producido la revolución “La Gloriosa”. Es obra del ingeniero Joseph Coagan. Es una construcción de hierro que influyó en obras posteriores. Su interior es un espacio diáfano ya que se apoya sólo en los pilares de alrededor.
La función era recibir y guardar los vinos jóvenes antes de ser llevados a las bodegas donde permanecerían hasta que estuvieran preparados para su exportación.
Es evidente la relación entre “La Concha” y las instalaciones correspondientes al tren del vino. Esta bodega constituía el punto de partida de la línea urbana que llegaba hasta la antigua estación jerezana de El Ejido. La construcción de La Concha y el tren del vino son casi simultáneas.
Se dice que el nombre podría venir de una primera idea como rotonda de ferrocarril por el parecido que tiene con construcciones ferroviarias de este tipo que servían para giro y almacenaje de locomotoras. No obstante no hay referencia a que fuera éste su uso sino que más bien fuera un juego estético con otra construcción cuadrada situada frente a ella: “La Cuadrada”. En cualquier caso no es el diseño al que estamos acostumbrados para una bodega.
Esta bodega contaba con una red de vías que servían también como punto de partida hacia Sanlúcar. En la Guía de Cádiz de 1879 Rossety dice que en su interior había “dos ferrocarriles inclinados del servicio interior de la casa”. Se construyó un funicular ferroviario que llevaba las botas desde las bodegas de la zona alta hasta el embarcadero en la zona baja de la calzada del Arroyo, donde llegaba el Tren del Vino. El funicular desembocaba cerca de La Concha, que era conocida como “Rotonda”. Aunque era llamado “funicular” en realidad era la prolongación del entramado ferroviario. En términos ferroviarios era un “ferrocarril funicular”, que se usa en lugares con una pendiente pronunciada.