La Compañía Española de Electricidad y Gas Lebon tiene su origen en las iniciativas desplegadas desde 1841 por el francés Charles Lebon para suministrar gas en España. Seis años después fundó la Compagnie Centrale d’Éclairage pour le Gaz, Lebon et Cie, fue la gasista foránea que tuvo más influencia en territorio español. A finales del siglo XIX tenía factorías de gas en Almería, Alicante, Barcelona, Cádiz, Granada, Murcia, Puerto de Santa María, Santander y Valencia.
En el caso de Cáidz, al igual que en Barcelona y otras ciudades, la elección para poner en marcha esta actividad responde a ser ciudad portuaria con fácil acceso al carbón de hulla que llegaba en barcos procedente del Reino Unido.
Por entonces la concurrencia de las eléctricas puso en cuestión su dominio de los mercados energéticos. Lebon et Cie optó por entrar en el negocio de la electricidad desarrollando diversas estrategias. Adquirió a la competencia pequeñas fábricas de termoelectricidad en Almería, Cádiz, Puerto de Santa María, Murcia y Santander.
En 1923 un grupo de banqueros se hace con los activos de Lebon, entre ellos la fábrica de gas de El Puerto de Santa María y la de gas y electricidad de Cádiz. En 1929 el ayuntamiento de Cádiz municipaliza el suministro de electricidad perdiendo ese negocio. En 1930 se hizo con Gas y Electricidad de San Fernando y Eléctrica Popular de San Fernando. Dos años después creó Gas y Electricidad de San Fernando y Chiclana.
En 1936 se produce el golpe de estado que inicia la guerra civil. En el sector golpista permanecieron los activos de Cádiz, Chiclana, El Puerto de Santa María, San Fernando y Granada gestionados por un comité de dirección que rendía cuentas ante el consejo de administración, el cual fijó el domicilio social de la empresa en Burgos (ciudad donde también establecieron su cuartel general los golpistas). Estos negocios teóricamente podían abastecerse de carbones de Andalucía y Castilla y León pero no de los de Asturias al permanecer la mayor parte de esa región en territorio leal al gobierno legítimo.
Al fondo se ve la Fabrica de Gas Lebon y el edificio del chalet del director de la fábrica. A la derecha se construyeron los pisos de Lebon.
Tras la caída de Asturias mejora el abastecimiento de carbón a la fábrica gaditana si bien existía la incertidumbre del transporte en barco debido siempre a la posibilidad de incautación de los mismos por parte del gobierno. Obviamente la guerra no permitía garantizar el flujo de mercancías por tren entre el norte de la península y Cádiz. Sólo se usaba el ferrocarril para el traslado desde el puerto de Cádiz hasta las fábricas.
En principio se instaló en lo que hoy conocemos como el barrio de Santa María en el terreno que quedó libre tras la desamortización del antiguo convento de la Merced. Obviamente el lugar era el menos idóneo, todo rodeado de una numerosa población de escasos recursos económicos, con obreros mal pagados y sufriendo la contaminación procedente de la quema del carbón y el uso de alquitrán en la producción, con las consiguientes intoxicaciones y enfermedades pulmonares. Por supuesto el servicio apenas llegaba a este barrio, sólo a las zonas más ricas de Cádiz. Nos puede sorprender hoy que los residuos se arrojaban al mar directamente a la altura de la Puerta del Mar, mismo sitio de donde obtenían el agua necesaria.
Permaneció en esta ubicación hasta 1864. Un año antes un temporal había derribado la chimenea, que tenía 30 metros de altura.
A iniciativa de la familia Lebon cuando se hizo cargo de la empresa, las instalaciones se trasladaron a lo que hoy es la barriada Guillén Moreno y allí perdurarán hasta su definitiva desaparición con un amplio parque de vías frente a ella, tanto para estacionamiento como para maniobras, paralela a la línea principal de Cádiz a Sevilla y Madrid. En el solar antiguo se construyó un parque y luego un mercado, que hoy es el Centro de Interpretación del Flamenco.